A diferencia de la gimnasia occidental, basada en
movimientos automáticos que habitualmente suponen un gran
esfuerzo, el Tai-chi y el Chi-kung respetan el movimiento
natural del cuerpo, liberan la rigidez y permiten recuperar
la armonía y el equilibrio. La base fundamental de estas
técnicas es la relajación. Desde la toma de consciencia de
las tensiones acumuladas aprenderemos a relajarnos, a
respirar correctamente, a recuperar nuestro centro y así
permitir que todo nuestro organismo funcione mejor. |